Fabián Vaamonde: Una historia que se escribe desde los 3 años
- 19 jun
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Actualizado: 3 jul
Fabián llegó a Paria Football Academy cuando apenas tenía 3 años. Hoy, con 7, ya es parte de la historia viva de la academia. Entre amistades, entrenamientos y crecimiento personal, se ha convertido en un símbolo de lo que representa formarse con valores, perseverancia y pasión.
Una camiseta que lo ha visto crecer
La historia de Fabián Vaamonde no se cuenta en goles ni en trofeos, se cuenta en camisas, etapas y amistades. Desde que pisó el campo por primera vez en 2021, este pequeño jugador ha crecido bajo el sol y sobre el césped de Paria. Hoy, con 7 años y jugando en la categoría Sub-10, Fabián representa algo más que un número en la plantilla: representa el espíritu del club.
Cada camiseta que ha vestido —desde su primer uniforme hasta el actual— es un recuerdo de evolución. En el video se podrán ver algunas de esas camisas que resumen su historia en imágenes. Una historia que comenzó con timidez, con pasos cortos, pero con una constancia que inspira.
De reservado a referente: una transformación con identidad Paria
“Era muy callado, tímido, no hablaba casi con nadie”, cuenta su mamá. “Nos costaba que se soltara, pero aquí en Paria encontró su espacio”. Las palabras de su madre reflejan un proceso de transformación que va más allá de lo deportivo. En Paria, Fabián no solo aprendió a patear mejor un balón: aprendió a abrirse al mundo.
Con el paso del tiempo, su personalidad comenzó a florecer como lo hace un buen líder en mitad de cancha: con visión, conexión y alegría. Hoy, es uno de los chamos más queridos en su categoría. Tiene su grupo de amigos, participa con entusiasmo y —según sus profes— ya es un referente en el equipo. Un verdadero símbolo de Paria con apenas 7 años.
Paria como casa, como familia, como zona de confort
Cuando le preguntan qué significa Paria, Fabián responde con sencillez y seguridad: “Es mi familia. Es un lugar donde tengo amigos. Me gusta venir porque me siento cómodo”. Pocas palabras, pero todas con el corazón puesto en su respuesta.
Y es que eso es lo que Paria representa para él: un espacio de crecimiento emocional, social y deportivo. Un lugar donde el fútbol se convierte en herramienta para construir vínculos, para sentirse seguro, para expresarse. Su proceso lo confirma: aquí los niños no solo se forman como futbolistas, se desarrollan como personas.
Por: Luis Bigott
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